Luego de una emotiva y multitudinaria procesión celebrada el pasado 14 de enero en el estado Lara, las fiestas de la Divina Pastora llegan a Caracas, con una misa muy especial a celebrarse el domingo 20 de enero a la 01:00 p.m., en la iglesia La Transfiguración del Señor, ubicada en El Cafetal, y que contará con música en vivo.
El evento lo coordina con un enorme entusiasmo el padre Ricardo Guillen y el programa musical correrá por cuenta de Eduardo Dávila junto a su quinteto acústico, que incluye como invitada especial a su hija, la pianista y cantante Prisca Dávila.
“Este año, por diversos factores, muchas personas no pudieron viajar de Caracas a Barquisimeto a la procesión de la Divina Pastora, pensando en ellos, gracias a la iniciativa del padre Ricardo Guillen, haremos esta misa tan especial, en la que interpretaremos entre otros temas, la canción Divina Pastora, un golpe larense que compuse como homenaje a la patrona del estado Lara y como pago de una promesa que le hice”, expresó Eduardo Dávila.
“Con este golpe larense la Divina Pastora nos enseña el camino para unir a Venezuela y nos conmueve a todos por igual. Además de músico, también soy arquitecto y siempre había querido llevar la arquitectura a la música, y esta canción está llena de eso, es una arquitectura musical, para cerrar los ojos y abrir el corazón”, agregó.
Este canto nace en un momento histórico de muchas tensiones en Venezuela. El barquisimetano Eduardo Dávila le hace una promesa a la Divina Pastora por la paz del país y por la cura de siete familiares enfermos, algunos de ellos de gravedad. La Virgen escuchó sus plegarías y los sanó a todos. En agradecimiento, decidió escribirle una letanía a 4 décimas y su hermano, Rómulo José, le escribió el estribillo.
Un año después, los beneficiarios de la promesa le propusieron que compusiera la música para la letanía que había escrito. Comenzó con una balada jazz, que posteriormente transformó en samba brasileña; todo sonaba muy bien, pero Eduardo sentía que esos estilos no tenían nada que ver con la tierra de procedencia de la Divina Pastora; entonces el tema pasó a ser una tonada y tampoco quedó convencido; al cuarto intento la convirtió en gaita, pero su amigo Gustavo Carucí le comentó que otra advocación mariana muy popular como lo es “La Chinita” ya tenía varias gaitas grabadas.
Finalmente se tomó la decisión de que el ritmo apropiado fuera el golpe larense.
La grabación se hizo en la Escuela de Jazz y Canto de Caracas. El propio Eduardo se encargó de la grabar la voz solista, los instrumentos musicales los grabó todos Felipe Garavito, utilizando tres cuatros, unas maracas latinas, un tam-tam brasileño y una clave de madera. Los coros estuvieron a cargo de las hijas de Eduardo: Prisca y Marieva Dávila Payare.
Pero la intención de Eduardo Dávila va más allá de rendir un homenaje y cumplir con su promesa; siempre tuvo a la docencia musical en su misión de vida, es por ello que pronto subirá en las redes sociales y en portales especializados en música, los tutoriales y partituras para que cualquier persona pueda aprender a tocar y cantar el tema.
“A medida que las personas lo escuchan, lo aprenden, lo tocan y lo cantan, se convierten en difusores de este mensaje de la Divina Pastora”, resaltó el artista.
La iglesia La Transfiguración del Señor está ubicada al final de la calle Carúpano, El Cafetal, casi finalizando el bulevar de El Cafetal, una cuadra antes de llegar al Centro Comercial Plaza Las Américas.
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