Pensamiento Propositivo
El líder propositivo
Los líderes propositivos saben medir la oportunidad para ejercer su liderazgo y nunca se sienten amenazados por propuestas adversas
Marayira Chirinos
Ser líder no es poca cosa y el rol de un líder positivo y propositivo se hace necesario en estos tiempos. Si nace o se hace no es el tema a debatir en este momento, sin embargo, en el proceso de construcción o formación del liderazgo, intervienen procesos muy interesantes que debemos comprender y aterrizar en la nueva realidad que tanto nos exige.
El termino en sí mismo pareciera tener una connotación positiva, sin embargo, la psicología social se ha encargado de hacer la distinción entre el liderazgo positivo y negativo y su impacto determinante en cualquier ámbito donde esta figura intervenga. Esta semana conoceremos cómo influye la claridad del propósito del líder, y la adaptación del mismo a la evolución constante de las ideas, nuevas palabras, nuevos conceptos y filosofías que se van incorporando a la dinámica actual, hasta lograr estar en consonancia con la realidad donde el líder pretende ejercer influencia. Es allí donde la actitud analítica y de evaluación crítica sobre las situaciones o problemas para generar soluciones o alternativas que luego se convierten en propósitos de acción, terminan por dibuja el nuevo hombre líder, el líder propositivo.
Los líderes propositivos poseen una característica muy importante, y es la seguridad que les da su capacidad de ver las situaciones y actuar sobre ellas, saben medir la oportunidad para ejercer su liderazgo y nunca se siente amenazado por propuestas adversas. Es empático ante ello y aunque defiende su punto de vista, siempre hace sentir al contrario valorado en su posición. Revisa el abanico de oportunidades y argumenta su desavenencia de la manera más respetuosa. Ante todo, es vigilante de la armonía en el escenario de debate para que todas las opciones se sientan a gusto.
Trabajar en la formación del líder propositivo supone un ejercicio de constancia y disciplina, pero sobre todo de consolidación de una filosofía alejada del fanatismo que rompería la línea delgada que lo separa del líder negativo. Su presencia nos transmite tranquilidad por tratarse de alguien resolutivo. Su forma de ser arrolladora y positiva, sin duda, resulta atractiva para aquellos que le rodean.
Ahora bien, una vez consolidado en el líder esa característica propositiva, hay que configurar una serie de disciplinas complementarias que garantizan el éxito, la más importante de ellas es la comunicación. El politólogo venezolano Pablo Andrés Quintero, experto en Liderazgo y Comunicación Política acerca están conjunción al capital cognitivo transformado en emociones que son clave en la comunicación política de todo líder. En entrevista para Pensamiento Propositivo Quintero asegura que hay que generar empatía, ponerse en el lugar del otro. “Nos emocionamos de cosas que están cerca de nosotros tanto física como espiritualmente. Las emociones son una manera de entrar en la vida de la gente. La segunda llave maestra es recuperar el valor de las palabras y darle su auténtica dimensión como vehículo de comunicación y conexión entre personas. Hay que evitar el cuento egocéntrico, lo importante es lo que yo digo, hago, etc. No se puede reconectar con un lenguaje tan devaluado de la política. Mas empatía, más valor de las palabras es fundamental”, asegura Quintero.
El “juego de las emociones” es propio a todas las áreas de la vida, y mucho más en tiempos de pandemia. Agrega Quintero que La pandemia añade una variable nueva y es la vulnerabilidad. La pandemia afecta nuestro metro cuadrado, nuestra vida, el ambiente se llena de una atmosfera de personas fallecidas. La vulnerabilidad nos hace ver como débiles, y genera miedo al presente, un presente que ya estaba marcado por una crisis, política, económica, social, moral, emocional y hasta espiritual donde el miedo, la preocupación y desanimo convive con la soledad.
Por esa razón es necesario que los lideres ya consolidados como tal y los que están en formación trabajen su pensamiento y acción propositiva dada la gran responsabilidad no solo en gestión sino en esas emociones que despiertan. El llamado urgente es a la adaptación de los líderes a esa corriente propositiva que más temprano que tarde se convertirá en el motor necesario para las grandes soluciones.
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Ser líder no es poca cosa y el rol de un líder positivo y propositivo se hace necesario en estos tiempos. Si nace o se hace no es el tema a debatir en este momento, sin embargo, en el proceso de construcción o formación del liderazgo, intervienen procesos muy interesantes que debemos comprender y aterrizar en la nueva realidad que tanto nos exige.
El termino en sí mismo pareciera tener una connotación positiva, sin embargo, la psicología social se ha encargado de hacer la distinción entre el liderazgo positivo y negativo y su impacto determinante en cualquier ámbito donde esta figura intervenga. Esta semana conoceremos cómo influye la claridad del propósito del líder, y la adaptación del mismo a la evolución constante de las ideas, nuevas palabras, nuevos conceptos y filosofías que se van incorporando a la dinámica actual, hasta lograr estar en consonancia con la realidad donde el líder pretende ejercer influencia. Es allí donde la actitud analítica y de evaluación crítica sobre las situaciones o problemas para generar soluciones o alternativas que luego se convierten en propósitos de acción, terminan por dibuja el nuevo hombre líder, el líder propositivo.
Los líderes propositivos poseen una característica muy importante, y es la seguridad que les da su capacidad de ver las situaciones y actuar sobre ellas, saben medir la oportunidad para ejercer su liderazgo y nunca se siente amenazado por propuestas adversas. Es empático ante ello y aunque defiende su punto de vista, siempre hace sentir al contrario valorado en su posición. Revisa el abanico de oportunidades y argumenta su desavenencia de la manera más respetuosa. Ante todo, es vigilante de la armonía en el escenario de debate para que todas las opciones se sientan a gusto.
Trabajar en la formación del líder propositivo supone un ejercicio de constancia y disciplina, pero sobre todo de consolidación de una filosofía alejada del fanatismo que rompería la línea delgada que lo separa del líder negativo. Su presencia nos transmite tranquilidad por tratarse de alguien resolutivo. Su forma de ser arrolladora y positiva, sin duda, resulta atractiva para aquellos que le rodean.
Ahora bien, una vez consolidado en el líder esa característica propositiva, hay que configurar una serie de disciplinas complementarias que garantizan el éxito, la más importante de ellas es la comunicación. El politólogo venezolano Pablo Andrés Quintero, experto en Liderazgo y Comunicación Política acerca están conjunción al capital cognitivo transformado en emociones que son clave en la comunicación política de todo líder. En entrevista para Pensamiento Propositivo Quintero asegura que hay que generar empatía, ponerse en el lugar del otro. “Nos emocionamos de cosas que están cerca de nosotros tanto física como espiritualmente. Las emociones son una manera de entrar en la vida de la gente. La segunda llave maestra es recuperar el valor de las palabras y darle su auténtica dimensión como vehículo de comunicación y conexión entre personas. Hay que evitar el cuento egocéntrico, lo importante es lo que yo digo, hago, etc. No se puede reconectar con un lenguaje tan devaluado de la política. Mas empatía, más valor de las palabras es fundamental”, asegura Quintero.
El “juego de las emociones” es propio a todas las áreas de la vida, y mucho más en tiempos de pandemia. Agrega Quintero que La pandemia añade una variable nueva y es la vulnerabilidad. La pandemia afecta nuestro metro cuadrado, nuestra vida, el ambiente se llena de una atmosfera de personas fallecidas. La vulnerabilidad nos hace ver como débiles, y genera miedo al presente, un presente que ya estaba marcado por una crisis, política, económica, social, moral, emocional y hasta espiritual donde el miedo, la preocupación y desanimo convive con la soledad.
Por esa razón es necesario que los lideres ya consolidados como tal y los que están en formación trabajen su pensamiento y acción propositiva dada la gran responsabilidad no solo en gestión sino en esas emociones que despiertan. El llamado urgente es a la adaptación de los líderes a esa corriente propositiva que más temprano que tarde se convertirá en el motor necesario para las grandes soluciones.
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