Pascua Judía/Éxodo/Pésaj
ISAÍAS A. MÁRQUEZ DÍAZ. Durante la “pascua hebrea “, fiesta de la libertad, Passover o Pésaj se conmemora, durante una semana, con comida festiva -plato del Séder- y la narración de la historia descrita en el libro del Éxodo (Hagadá), acerca de la liberación por mano de Dios del pueblo judío de la esclavitud egipcia.
ISAÍAS A. MÁRQUEZ DÍAZ
Durante la “pascua hebrea “, fiesta de la libertad, Passover o Pésaj se conmemora, durante una semana, con comida festiva -plato del Séder- y la narración de la historia descrita en el libro del Éxodo (Hagadá), acerca de la liberación por mano de Dios del pueblo judío de la esclavitud egipcia. Tiene, también, un simbolismo profundo, ya que el sacrificio de Jesucristo cumple la Ley Antigua en relación con el cordero pascual que los judíos degustan la noche víspera del 14 de Nisán. Jesús resulta inmolado el mismo día de la pascua judía, cuando se ofrendan los corderos en el templo; es el cordero pascual que nos libera del pecado. Por tal razón, nuestra pascua, así como la judía, recuerda el paso de Israel por el mar Rojo (cf Éx 14-5,1); el cordero pascual, la columna de fuego que guía a Israel. Pero ahora con un significado más completo, durante la noche de vigilia de Resurrección o “Lucernario”– Sábado Santo-. Este año 2018 los judíos la celebran desde el ocaso del viernes 30/3, cuando brille la primera estrella, hasta la noche del sábado 7/4. Coincide con la semana del 15 al 22 del mes hebreo de Nisan, pues la primera se celebra bajo el poder de los faraones, hace unos 3200 años. Es la celebración hebrea más antigua de la cultura occidental. Y, una de las fiestas religiosas más coloridas, donde el hogar judío es el protagonista central con una mesa festiva que sigue un orden ceremonial (séder).
Para los católicos la Palabra invita a afianzarnos, personalmente, y como comunidad en la fuerza humana y espiritual de Jesús Resucitado.
Nada hay en la vida que el Señor no pueda modificar o que no le dé, plenamente, su sentido y significado. El Pregón Pascual nos dirá: Cristo Resucitado nos aparta de todo lo mundano y de la pecaminosidad; nos restituye a la gracia y nos añade a los santos. Ha roto las cadenas de la muerte; la cruz sin Él, así lo indica. Dios no deja de mostrarse creador, liberador y sanador a lo largo de la historia. Y, ahora en la Resurrección se nos muestra como vencedor de la muerte para siempre. No defrauda, sino que con la fuerza de su Espíritu insufla la vida; La llena de aliento e impele.
Los cristianos católicos exclamamos ¡Aleluya! El Señor ha resucitado.
¡Feliz Pascua de Resurrección!
Los judíos, ¡Jag Pésaj saméaj!