La crisis asiática
La magnitud de la crisis se debió en gran medida a la dinámica establecida entre el alto flujo de capital de corto plazo condicionado a rápidos beneficios económicos
Una vez reacomodado el mundo en época post conflicto Guerra Fría, las economías del Sudeste asiático, destacando Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán, se caracterizaron por altas tasas de crecimiento económico y elevada captación de capitales justificado en las altas tasas de retorno. Otorgándosele el calificativo de centros económicos y financieros para la convergencia de capitales del mundo globalizado. Incluso otros países de la región como Tailandia, Malasia e Indonesia también gozaban de este calificativo. Para ese momento Tailandia gozó de una tasa de crecimiento promedio de 9% anual, pero el 2 de julio de 1997 cuando decidió devaluar la moneda de curso legal, el Baht Tailandés THB; el colapsó de su sistema financiero fue evidente frente a la imposibilidad de defender el valor de la moneda local ante los ataques especulativos.
Por su parte, Indonesia no comprendió la situación negándose a creer en el problema que surgió, y a pesar de contar con un nivel de baja inflación, un superávit en balanza de pagos, así como estado favorable de sus corporaciones, vio como su moneda nacional se devaluó drásticamente al pasar de una tasa de cambio de 2.600 Rupiah por dólar estadounidense al valor de 14.000 Rupiah por dólar en 1997, afectando el valor de su PIB. En Corea del Sur, a pesar de los saludables resultados macroeconómicos, con crecimiento económico y comportamiento expansivo de sus corporaciones, aunado al elevado deseo de mantener y absorber grandes cantidades de capital por parte de estas organizaciones empresariales, se originaron elevadas deudas que comprometieron sus propias actividades. De esta manera, Corea disminuyó su clasificación crediticia al pasar de A1 a A3 en noviembre de 1997, y durante el mismo año obtuvo una calificación de B2. Su moneda nacional el Won Surcoreano había pasado de una tasa de cambio fija de 800 Won Surcoreano por dólar estadounidense a 1.700 Won Surcoreano por unidad de dólar.
Con todo ello la región conoció la mayor crisis financiera y económica en su historia, reconocida como la crisis del Fondo Monetario Internacional, debido a que en gran parte las monedas nacionales del Sudeste asiático estaban ancladas al dólar estadounidense, y la realidad de la burbuja financiera contagió y reflejó los desequilibrios del mercado de dinero del Baht Tailandés en el circundante Sudeste, tal como fuego de dragón expandido por toda la ladera de la región.
La magnitud de la crisis se debió en gran medida a la dinámica establecida entre el alto flujo de capital de corto plazo condicionado a rápidos beneficios económicos. Esto unido a elementos como: 1) Peculiaridad de controles e intervención gubernamental frente a la escasa o nula supervisión por parte del sistema bancario al momento de conceder créditos, 2) Grandes déficits privados de cuenta corriente, y 3) Mantenimiento de una tasa de cambio fija. Terminaron incentivando el endeudamiento externo que conllevó a una exposición excesiva y riesgosa del intercambio extranjero, tanto en el sector financiero como en el corporativo o de producción de bienes reales.
Así, la transnacionalización de los capitales con gran movilidad por todo el mundo, la toma de decisiones financieras moralmente riesgosas, la mejora de las condiciones económicas de intercambio y de tasa de interés atractivas en Estados Unidos, junto al excesivo liberalismo económico, permitieron difundir rápidamente la crisis en el Sudeste asiático. Esto llevó a las economías que durante 1970 y 1990 fueron reconocidas como milagros económicos, a la mayor crisis financiera de su historia, diezmando y limitando su prosperidad económica.
@zerpasad
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones