El informe sobre Clara
Su capacidad para generar las más potentes y poéticas imágenes y la riqueza de su vocabulario hacen del libro un viaje sensorial que despertará en el lector un inesperado número de emociones
El pasado 9 de abril, la emblemática librería Antonio Machado de Madrid se convirtió en el punto de mira de la literatura hispanoamericana con la presentación del más reciente libro del escritor venezolano Juan Carlos Chirinos: El Informe sobre Clara.
Durante la presentación de la obra —precuela de Nochebosque (2011), una novela anterior del escritor, a la que seguiría una segunda parte, Renacen las sombras (2021)— Chirinos contó con el reconocido Ernesto Pérez Zúñiga como interlocutor, así como con Patricia Romero y Philippine González Camino por parte de la casa editorial La Huerta Grande, sello que ha publicado todos los títulos de esta serie, incorporando ahora una reedición de Nochebosque, adjunta a El Informe sobre Clara.
Durante la presentación de la obra —precuela de Nochebosque (2011), una novela anterior del escritor, a la que seguiría una segunda parte, Renacen las sombras (2021)— Chirinos contó con el reconocido Ernesto Pérez Zúñiga como interlocutor, así como con Patricia Romero y Philippine González Camino por parte de la casa editorial La Huerta Grande, sello que ha publicado todos los títulos de esta serie, incorporando ahora una reedición de Nochebosque, adjunta a El Informe sobre Clara.
Encontrará el lector en estas obras, según expresa el propio autor, continuas referencias a elementos que le son próximos y familiares. El nombre de la protagonista, por ejemplo, está tomado de la novela gráfica Lucifer, de Mike Carey, y la propia expresión “Nochebosque” es una castellanización de Nightwood, la obra de Djuna Barnes, una escritora estadounidense conocida por su estilo innovador y su exploración de temas de identidad y sexualidad en la literatura del siglo XX.
Ya había hecho lo propio con el título de su novela El niño malo cuenta hasta cien y se retira (2004), evocando el poema de Ana Enriqueta Terán (La poetisa cuenta hasta cien y se retira).
Alusiones hay también en la obra a poemas de Andrés Eloy Blanco o Eugenio Montejo, cuyo sentido, en opinión de Pérez Zúñiga, se multiplica, pasando a ser versos “de novela fantástica”.
Quienes intervinieron en el acto afirman que un elemento fundamental en esta saga, como en todas las fábulas, es el bosque, uno imposible en el que coexisten las más diversas especies sin respeto a consideraciones climáticas o geográficas. Así, cuatro ceibas delimitan el espacio mágico, irguiéndose próximas unas a otras, aunque estos árboles suelen crecer distantes entre sí, y pese a su improbable existencia en un entorno francés (“…no tiene sentido que se hallen especies de arbustos y de árboles, de insectos, de hormigas, de mamíferos y de gusanos que solo serían normales en el Amazonas, o en los bosques de Birmania…”). Y también, como en los cuentos, hay un lobo, y una casita de paredes “absurdamente blancas”, que se destaca contra el follaje en su incorruptible pulcritud, lo que sugeriría, en opinión de los presentes, que estaba dotada de vida, como la de la Baba Yaga, y que se auto-renovaba continuamente.
Allí prevalece el comportamiento movido por las más básicas pulsiones: el hambre, el miedo, el sexo…, que afloran en los personajes tras haber estado sepultadas en el inconsciente, y que impactan en la parte más atávica, menos racional, de los lectores.
En el nombre del bosque, por cierto, Chirinos recupera la figura de San Guinefort, un perro/santo que fue objeto de veneración a partir del siglo XIII.
Hay, para Chirinos, una dicotomía entre verdad y realidad. No son lo mismo, pero confluyen en la historia escrita, sin que él se anime a definir en qué consisten la una y la otra. En esa escritura – la suya— se distinguen dos niveles: uno en el que escribe sin filtros el día entero, a partir de un esquema más o menos organizado, y otro más racional, en el que empieza a depurar el texto.
En El informe sobre Clara, igual que en sus otras obras, Chirinos hace gala de su rasgo más característico: el lenguaje. Su capacidad para generar las más potentes y poéticas imágenes y la riqueza de su vocabulario hacen del libro un viaje sensorial que despertará en el lector un inesperado número de emociones.
linda.dambrosiom@gmail.com
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