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El sector privado en la horca

En lugar de pedir sanciones económicas, la oposición debiera motivar inversiones para que el sector privado crezca y profundice su presencia en el petróleo, petroquímica, minería y gas

  • ALEJANDRO J. SUCRE

30/03/2025 05:07 am

La crisis económica que vive Venezuela tiene varios responsables, el gobierno, parte de la oposición y el gobierno de EEUU. El sector privado es el más afectado de esa puja irracional entre estos actores. Hay que reflexionar. La crisis actual de bajísimo PIB (1/3 del que existió en la década pasada) es consecuencia de fallas de estrategia de tres grandes actores que atentan contra la economía privada nacional: el gobierno nacional, el gobierno de EEUU y algunos líderes de la oposición. Los tres factores de poder imponen una soga sobre el cuello del sector privado venezolano: 1. las sanciones económicas de los Estados Unidos; 2. la oposición pidiendo sanciones económicas para dejar al gobierno sin recursos y 3. el mal manejo de fondos y la sobrecarga tributaria por parte del gobierno de Maduro.

Las sanciones impuestas por EE.UU. bajo la lógica de la "máxima presión" tenían la intención de generar cambios políticos en Venezuela. Sin embargo, su efecto real ha sido devastador para el sector privado venezolano. Empresas legítimas, trabajadores y emprendedores se han visto privados sin acceso a financiamiento internacional, ni nacional debido a que la deuda externa ha quedado sin reestructurarse por decisión de EEUU y la caída de los ingresos petroleros por órdenes de la OFAC. La Orden Ejecutiva 13808 de la OFAC, por ejemplo, bloquea cualquier reestructuración de deuda venezolana, cerrando la puerta a que empresarios e inversionistas privados puedan captar fondos para todos los sectores de la economía, y sin lograr capturar los espacios que han abierto PDVSA, la CVG y la devolución de empresas expropiadas para la recuperación económica del país. De igual forma, las restricciones sobre PDVSA limitan dramáticamente las inversiones extranjeras, anulando cualquier posibilidad de revitalizar la industria petrolera desde la iniciativa privada, justo cuando el gobierno venezolano había comenzado a permitir cierta participación empresarial para recuperar la producción.

En lugar de fomentar un cambio político rápido, estas sanciones han profundizado la pobreza y la desesperación económica, castigando principalmente a quienes menos responsabilidad tienen en la crisis y quienes más pueden ayudar: el sector privado.

A eso le agregamos el error grave de una oposición que pide más sanciones económicas. Es una falacia ese argumento de algunos líderes de la oposición que secando al país de recursos y poniendo sanciones al petróleo venezolano y otros minerales se va a debilitar al gobierno de Maduro o que va a reducir la corrupción. Esa estrategia de pedir sanciones económicas al gobierno de EEUU es como incendiar la casa para salir de unos pocos roedores. En 7 años, las sanciones no han debilitado a Maduro, ni han reducido la corrupción sino lo contrario. Ha creado ventas de petróleo en criptomonedas y han condenado al sector privado a sobrevivir con recursos insuficientes, y sin financiamiento, mientras muchos opositores los financia USAID o Citgo.

En Cuba las sanciones económicas tienen menos impacto sobre los sueldos de la población que en Venezuela. En Cuba todas las empresas del país son del estado y los hermanos Castro fijan los sueldos. En Venezuela el sector privado es el que genera el PIB, incluso en el sector petróleo como contratista o socios privados. Las miles de empresas del sector privado miles son las que fijan los sueldos de los ciudadanos. Las sanciones económicas afectan los sueldos de los ciudadanos directamente al no haber facturación en nuestras empresas. Se requiere una presencia de la oposición menos electorera - epiléptica y más educativa y de más propuestas. En lugar de pedir sanciones económicas, la oposición debiera motivar inversiones para que el sector privado crezca y profundice su presencia en el petróleo, petroquímica, minería y gas.

Este enfoque de pedir sanciones económicas, de criminalizar al gobierno y victimizarse, lejos de promover democracia y debates, termina haciéndole el juego a la violencia, debilitando el convencimiento como herramienta para acceder al poder.

El gobierno ha corregido importantes fallas en su gestión, como liberar el cambio y los precios en la economía, intentar devolver empresas expropiadas y abrir la inversión en las empresas del estado al sector privado. Sin embargo, sigue siendo un peso enorme el caso de cobranzas perdidas en PDVSA en el año 2024 donde se perdieron decenas de miles de millones de dólares, el exceso de carga tributaria y los malos servicios públicos que frenan la actividad del sector privado. El gobierno además mantiene una pugnacidad innecesaria con un cliente tan importante para Venezuela como lo es EEUU. Ninguna economía puede ser próspera y eficiente con funcionarios públicos ineficientes.

Estas tres fallas deben corregirse ya: EEUU debe levantar las sanciones económicas que afectan la inversión privada, la oposición radical debe pedir levantar sanciones para el sector privado y el gobierno debe reducir la carga fiscal.

Es urgente que EEUU repiense con creatividad la política de sanciones económicas y no se inmiscuya en la política nacional por esa vía.

X: @alejandrojsucre
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