Hospitales sin médicos
Ser médico exige un esfuerzo importante y esto debe ser recompensado y muy bien, sin embargo el médico tiene un compromiso con la sociedad y no debe de alejarse del sufrimiento de los pacientes
En días pasados tuve la necesidad de acompañar a una persona muy querida a un hospital en algún lugar de los Estados Unidos.
La idea de esta nota no es la de criticar un sistema que aparentemente funciona y en el que los ciudadanos de ese país ya están habituados (Charles Peguy decía que no hay peor que un ser habituado), voy más al fondo del tema pues cada día me convenzo que la medicina se automatiza, y se transforma en algo impersonal. Nos enfrentamos a una medicina deshumana.
Mucha tecnología, muchas máquinas, mucho sonido de monitoreo, cantidad de técnicos, mascarillas, guantes, y desinfectante de manos a granel, pero ni José Gregorio Hernández o cualquier otro médico se veía en cuerpo presente.
No hay un médico residente en cada planta, no me refiero a los especialistas, esos son como las vacas rojas, hay una que otra en la biblia.
Todo se hace por una aplicación, técnicos, enfermeros, nutricionistas, personal de seguridad y de limpieza son parte del paisaje. El médico residente se hace un paseo por las habitaciones en horas de la mañana y hasta allí ,si hay algún paciente como en el caso de mi amiga que necesita un especialista este aparecía como el cometa Halley, duraba 2 minutos en el cuarto miraba los reportes en su teléfono y ni siquiera le pasaba la mano al paciente, anotaba lo que pensaba en una libreta electrónica y ya.
La habitación de mi amiga era buena, amplia , bien equipada y muy aseada por cierto, la compartía con un señor muy educado hospitalizado junto a ella y sólo se le escuchaba decir, que no lo sacarían del hospital “hasta que no le consumieran lo que le quedaba en póliza”, no lo entendí ,mi inglés últimamente no está muy bueno.
Un buen amigo gastroenterólogo venezolano, me explicó lo que ocurre con la medicina en Estados Unidos y el círculo vicioso que hay entre las compañías de seguros, los hospitales, inversionistas y las prácticas médicas ,donde no necesariamente siempre se hace lo que es más beneficioso para el paciente, lamentablemente impera la búsqueda de rentabilidad en los prestadores de servicio de salud.
Maimónides, el gran Médico medieval, el Hebreo de Córdoba, dejó un legado para la medicina, el señalaba que hay que tratar al paciente y no a la enfermedad , su humanidad fue trasladada al juramento hipocrático ,miles de médicos al graduarse lo invocan. Ser médico exige un esfuerzo importante y esto debe ser recompensado y muy bien, sin embargo el médico tiene un compromiso con la sociedad y no debe de alejarse del sufrimiento de los pacientes y su entorno porque el mismo también terminara siendo un paciente.
Que mal acostumbrado nos tienen los médicos en Venezuela, no cambien por favor.
Inspírame un gran amor a mi arte y a tus criaturas. No permitas que la sed de ganancias o que la ambición de renombre y admiración echen a perder mi trabajo, pues son enemigas de la verdad y del amor a la humanidad y pueden desviarme del noble deber de atender al bienestar de tus criaturas.
(Oración de Maimónides destacada por Marcus Herz,en 1793)
davidbittanobadia@gmail.com
Twitter: @davidbittano
La idea de esta nota no es la de criticar un sistema que aparentemente funciona y en el que los ciudadanos de ese país ya están habituados (Charles Peguy decía que no hay peor que un ser habituado), voy más al fondo del tema pues cada día me convenzo que la medicina se automatiza, y se transforma en algo impersonal. Nos enfrentamos a una medicina deshumana.
Mucha tecnología, muchas máquinas, mucho sonido de monitoreo, cantidad de técnicos, mascarillas, guantes, y desinfectante de manos a granel, pero ni José Gregorio Hernández o cualquier otro médico se veía en cuerpo presente.
No hay un médico residente en cada planta, no me refiero a los especialistas, esos son como las vacas rojas, hay una que otra en la biblia.
Todo se hace por una aplicación, técnicos, enfermeros, nutricionistas, personal de seguridad y de limpieza son parte del paisaje. El médico residente se hace un paseo por las habitaciones en horas de la mañana y hasta allí ,si hay algún paciente como en el caso de mi amiga que necesita un especialista este aparecía como el cometa Halley, duraba 2 minutos en el cuarto miraba los reportes en su teléfono y ni siquiera le pasaba la mano al paciente, anotaba lo que pensaba en una libreta electrónica y ya.
La habitación de mi amiga era buena, amplia , bien equipada y muy aseada por cierto, la compartía con un señor muy educado hospitalizado junto a ella y sólo se le escuchaba decir, que no lo sacarían del hospital “hasta que no le consumieran lo que le quedaba en póliza”, no lo entendí ,mi inglés últimamente no está muy bueno.
Un buen amigo gastroenterólogo venezolano, me explicó lo que ocurre con la medicina en Estados Unidos y el círculo vicioso que hay entre las compañías de seguros, los hospitales, inversionistas y las prácticas médicas ,donde no necesariamente siempre se hace lo que es más beneficioso para el paciente, lamentablemente impera la búsqueda de rentabilidad en los prestadores de servicio de salud.
Maimónides, el gran Médico medieval, el Hebreo de Córdoba, dejó un legado para la medicina, el señalaba que hay que tratar al paciente y no a la enfermedad , su humanidad fue trasladada al juramento hipocrático ,miles de médicos al graduarse lo invocan. Ser médico exige un esfuerzo importante y esto debe ser recompensado y muy bien, sin embargo el médico tiene un compromiso con la sociedad y no debe de alejarse del sufrimiento de los pacientes y su entorno porque el mismo también terminara siendo un paciente.
Que mal acostumbrado nos tienen los médicos en Venezuela, no cambien por favor.
Inspírame un gran amor a mi arte y a tus criaturas. No permitas que la sed de ganancias o que la ambición de renombre y admiración echen a perder mi trabajo, pues son enemigas de la verdad y del amor a la humanidad y pueden desviarme del noble deber de atender al bienestar de tus criaturas.
(Oración de Maimónides destacada por Marcus Herz,en 1793)
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