Yo trabajé varios años con él. Un personaje de libro de aventuras, muy inteligente, muy mal genioso, que de cuando en cuando caminaba por los pasillos de la oficina farfullando “¡eso es una bobada con patas!” (En realidad, no decía “bobada”; usaba un sustantivo un tanto más grueso.)
Muchos lo recordarán en su paso por Venezuela, que no fue breve ni suave. Le tocó vivir años convulsionados, con estallidos y atentados. Espero que él, sin embargo, los recuerde como buenos años.
Marcos, argentino con ascendencia “tana”, era -y supongo lo sigue siendo- bastante hiperkinético, en abierto contraste con su pasión por el golf, deporte que entiendo sigue formando parte importante de su vida y que cualquiera imaginaría no hace buenas migas con un carácter impulsivo. Pero lo más interesante de Marcos Golfari no era -ni es- su destacada perspicacia o lo mucho que sabía de publicidad, de comunicación y de negocios. Lo realmente relevante era su interés en descubrir lo que no sabía.
Hace un tiempo, Marcos escribió un “paper” que busca responder a una pregunta: “¿Cómo podría ser el mundo en 2084?” Tal cuestionamiento lo pinta de cuerpo entero, bastante alto, por cierto, más de 1.90 (yo, por chanza le decía que “allá arriba cuando estás de pie, seguro te falta el oxígeno; siéntate, para que pienses mejor”. Esa pregunta revela su interés por la trascendencia. Si Marcos fuera inteligente, mas no trascendente, sería irrelevante él y lo que él dijera o escribiera. No voy a copiar aquí ese “paper”. Me limito a poner el link, con una invitación a leer estos pensamientos con el mismo placer con que yo los leí y releí.
Por cierto, me acordé mucho de Golfari durante la pandemia. Seguro que tuvo pensamientos profundos. Entiendo que ahora está retirado. Pero el cerebro no entra en jubilación.
Ahí va el link. No tiene desperdicio.
https://www.adlatina.com/publicidad/marcos-golfari-se-pregunta-como-seria-el-mundo-en-el-2084
Soledadmorillobelloso@gmail.com
@solmorillob
Muchos lo recordarán en su paso por Venezuela, que no fue breve ni suave. Le tocó vivir años convulsionados, con estallidos y atentados. Espero que él, sin embargo, los recuerde como buenos años.
Marcos, argentino con ascendencia “tana”, era -y supongo lo sigue siendo- bastante hiperkinético, en abierto contraste con su pasión por el golf, deporte que entiendo sigue formando parte importante de su vida y que cualquiera imaginaría no hace buenas migas con un carácter impulsivo. Pero lo más interesante de Marcos Golfari no era -ni es- su destacada perspicacia o lo mucho que sabía de publicidad, de comunicación y de negocios. Lo realmente relevante era su interés en descubrir lo que no sabía.
Hace un tiempo, Marcos escribió un “paper” que busca responder a una pregunta: “¿Cómo podría ser el mundo en 2084?” Tal cuestionamiento lo pinta de cuerpo entero, bastante alto, por cierto, más de 1.90 (yo, por chanza le decía que “allá arriba cuando estás de pie, seguro te falta el oxígeno; siéntate, para que pienses mejor”. Esa pregunta revela su interés por la trascendencia. Si Marcos fuera inteligente, mas no trascendente, sería irrelevante él y lo que él dijera o escribiera. No voy a copiar aquí ese “paper”. Me limito a poner el link, con una invitación a leer estos pensamientos con el mismo placer con que yo los leí y releí.
Por cierto, me acordé mucho de Golfari durante la pandemia. Seguro que tuvo pensamientos profundos. Entiendo que ahora está retirado. Pero el cerebro no entra en jubilación.
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