Hoy unas son de cal y otras de arena
Dos enfoques distintos con reglas y recursos propios. Ambos contendores preparados para una carrera de resistencia, en un teatro operacional que es más de inteligencia que de fuerza
La situación es tan dinámica que debemos rehacer los análisis diariamente. Los horizontes internacionales y nacionales se mueven con señales a veces muy ambiguas, como las que manda el vecino del norte, quien parece actuar de modo "esquizoide", pues por un lado alivia sanciones y por otro lado las aprieta. En el alivio de las sanciones juega, en primer lugar, las gestiones de CHEVRON, muy interesada en cobrar la deuda que nuestro país tiene con ella. En segundo lugar, USA desea mejorar el cuadro económico de Venezuela y desestimular la migración, pero este movimiento demográfico está también estimulado por la situación política nacional; de hecho, según algunos estudios, alrededor de un 40% de los electores afirmaba que de continuar el actual gobierno en el poder pensaba marcharse del país. Por esta razón, para la administración Biden el cambio de gobierno en Venezuela, al contrario de meses atrás, pasa a ser tema de interés, pero esta dualidad los lleva a políticas contradictorias, ambigüedad que podría tal vez cambiar de ganar Trump las próximas elecciones norteamericanas.
El gobierno tiene en su contra la matriz de opinión nacional y NM confronta serios problemas para el reconocimiento de su proclamación como ganador de las elecciones nacionales. Además, los más recientes roces con sus vecinos y naturales aliados le están granjeando alejamientos. En conjunto luce que, entre ganar y perder aliados, lo más probable sea lo segundo.
Por otro lado, el gobierno nacional se ha quedado sin apoyo popular, las bases del PSUV y los miembros del funcionarato gubernamental están muy desmoralizados. Todos están impactados por lo que perciben como una evidente, incontestable y contundente derrota. Esta situación ha movido al gobierno a replegarse sobre sí mismo y tratar por medios coercitivos conjurar a la oposición social y política. Ha logrado silenciar la calle, pero la procesión va por dentro, se sostiene hoy por hoy principalmente por el apoyo de quienes tienen las armas. Tiene el control territorial, pero corren rumores de turbulencias internas en medio de una economía que pierde aceleración.
En el frente opositor las cosas no están todas color de rosa. Tienen un capital político y social enorme, pero corren el riesgo del desgaste de su base social ante la frustración por la prolongación del enfrentamiento con el gobierno. También tienen en contra la lentitud de la comunidad internacional en brindar respaldos efectivos más allá de los pronunciamientos. La diplomacia y la CPI tienen sus tiempos.
En el corto plazo es esperable que haya cierta merma en el respaldo poblacional, por un efecto conocido como “regresión estadística"; pero solo sería una fracción pequeña, manteniéndose el grueso de su base social. Por otro lado, lo más probable es que el escenario internacional sume más apoyos. Llama la atención que se viene insinuando una maniobra comunicacional preocupante para el gobierno. Voceros internacionales han insinuado el advenimiento de una campaña de confiscación de cuentas y bienes gubernamentales y de particulares afectos al gobierno, buscando golpear sus recursos y fuentes de ellos, al tiempo que comunicacionalmente lo instalaría en la opinión mundial como traficante de sustancias prohibidas y asociado a todo tipo de hechos de corrupción y violaciones de derechos humanos, no ya como una sospecha, un lunar de percepción, sino como el rasgo distintivo de su imagen. El gobierno es un muy habilidoso comunicador, pero el desbalance de poder comunicacional es desfavorable al gobierno.
En este contexto ambos contendores buscan hacer del tiempo un arma política que mine las fuerzas del contrario. Como en todo combate de esta naturaleza diferenciar entre información veraz y falaz será un gran reto para todos nosotros. El gobierno aguantará el chaparrón aguardando el desgaste de las bases sociales del contendor interno, un cambio de la agenda internacional, el renacimiento de otros liderazgos competidores a MCM, usar su aprendizaje para vivir con sanciones y esperar los efectos de su receta coercitiva. Por su parte, sus oponentes aguardarán a que el gobierno colapse, se fracture y se derrumbe gracias a su inercia interna disolvente, su aislamiento y la presión nacional y externa. La historia brinda evidencias para todos los gustos.
Se avecinan meses complicados y complejos y los dos contendores la tienen difícil. Si fuese fácil ya estaría resuelto. Hay dos tableros de juego: el del gobierno es de juegos de guerra, el de la oposición es de ajedrez. Dos enfoques distintos con reglas y recursos propios. Ambos contendores preparados para una carrera de resistencia, en un teatro operacional que es más de inteligencia que de fuerza. El uno con un guion en el que tiene gran experiencia, pero por muy conocido y ensayado es muy previsible. El otro con un comportamiento distinto a los oponentes anteriores, por ello no tan previsible y que no da puntada sin dedal. Unas serán de cal y otras de arena, pero solo una quedará.
@AsuajeGuedez
asuajeguedezd@gmail.com
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