Espacio publicitario

¡Muy significativo!

Cuando culpamos de nuestros problemas a otros y a la situación en que estamos, lo que hacemos es ponernos a depender de fuerzas externas, y de la voluntad y decisiones de otras personas

  • AGUSTIN ALBORNOZ S.

30/06/2024 05:00 am

Pensaba hace poco que siendo que la vida ofrece suficientes retos tal como es, muchas veces nos empeñamos en añadirle otros: viendo solo lo negativo, peleando con otros que piensan distinto, azuzando nuestro egoísmo al máximo, etc. Pero no tiene que ser así, en vez de ello podemos aprender a ser significativos. Para ser significativo lo que tenemos que hacer es marcar la diferencia con los demás dondequiera que estemos, con lo que tengamos, día tras día. Si al contrario me paso la vida decidiendo que lo que me hará feliz son las circunstancias en las que quisiera vivir, voy a tener problemas para lograrlo: 1. La mayoría de las circunstancias en las que estamos escapan a nuestro control real; 2. Cuando culpamos de nuestros problemas a otros y a la situación en que estamos, lo que hacemos es ponernos a depender de fuerzas externas, y de la voluntad y decisiones de otras personas. Quienes al igual que nosotros cometen errores, y así además escogeremos que nos perjudiquen errores de otros. En vez de preocuparnos por lo que no podemos controlar, trabajemos con fervor para mejorar las áreas dentro de nuestra área de influencia, para nuestro bien y de nuestro entorno.

A continuación un relato que ilustra muy bien lo que queremos expresar:

La protagonista de esta historia es una elegante y educada señora de 83 años. A las 8 de cada mañana se arregla el cabello y se aplica maquillaje hasta verse magnífica. Pero se está mudando a una casa de adultos mayores. Su esposo murió hace poco y por ello decidió dejar su hogar. Luego de esperar horas en el pasillo de la residencia, sonríe con dulzura al decirle que su habitación está lista. Mientras empuja su andadera hacia el ascensor, se le describe al detalle el pequeño cuarto, incluyendo las cortinas en la ventana.

—Me encanta —afirma con el entusiasmo de una niña de 8 años que acaba de ver su nueva mascota.
 
—Pero Sra López aún no ha visto la alcoba. Mejor véala primero.

—No importa —dice—. La felicidad es algo que se decide con el tiempo. Que me guste o no el lugar no depende de cómo estén ubicados los muebles, sino de cómo ordeno mi mente.

—Ya decidí que me gusta. Es mi decisión y la tomo al despertar cada mañana. Puedo pasarme el día en cama, rumiando por las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan bien, o levantarme y dar gracias a Dios por las que sí funcionan.

Si la Sra. López con sus 83 años puede hacerlo ¿no podremos hacer así nosotros?

@viviendovalores
Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario