El primer santo millennial ya existe y se trata de Carlo Acutis, un joven milanés (nacido en Londres por piruetas del destino), canonizado por el Papa Francisco en mayo de este año. Acutis, que proviene de un hogar laico, desarrolló una profunda fe, que transmitía a través de la informática, evangelizando digitalmente. “El patrón de internet”, se le llegó a apodar.

Acutis muere a los quince años, en el 2006, cuando una leucemia lo fulminó sin gran preaviso. Su corta vida le bastó para cumplir con el milagro exigido para la canonización: salvar a un niño brasileño de 6 años, curándolo de una rara anomalía congénita. Ahora, nos tendremos que acostumbrar a ver sus estatuas dentro de las iglesias barrocas, siendo un contraste poco habitual, puesto vendrá representado ciertamente como fue: con una franela, un blue jean y quizá alguna sudadera.

Independientemente de nuestra fe -o la ausencia de ella-, Acutis es un símbolo de bondad, rectitud y pasión. Rezaba todos los días con el rosario, y atendía misa después de la escuela. Su fe vino sin intermediarios, volviéndose un profundo creyente sin la necesidad de que dentro de su hogar lo dogmatizaran.

Viviendo en los tiempos del Santo Acutis, bien pudimos haberlo conocido. No fue el caso, pero tampoco me es necesario para convencerme de que, si bien vivió una vida corta y fulminante, fue llena y satisfactoria. Pocos logran un nivel de templanza y saciedad como la que consiguió Acutis. Lo que demuestra que una buena vida no depende de una cantidad de años, de viajes realizados o de experiencias vividas; depende sólo de la plenitud y de la pasión con la que la llevemos nuestro paso por la tierra.

Nota al pie: reflejos

Las tensiones globales están haciendo de la política el escenario de lo absurdo. Ni siquiera podríamos afirmar que ello se sitúa sólo en occidente. Parece, más bien, un contagio generalizado que ha llevado a los líderes mundiales a demostrar que la madurez es un elemento dispensable frente al papel de Jefe del Estado.

Ni siquiera me refiero a la guerra de memes que se libra en los EEUU a propósito de la campaña electoral de Biden contra Trump (la cual tiene por objeto captar el voto de la generación Z); tampoco del lenguaje papal que pide no más “mariquera” en las parroquias; ni de una Giorgia Meloni quien saluda al Presidente de la región de Campania, Vincenzo De Luca, diciéndose a sí misma “la stronza della Meloni”. Me refiero, quizá, al evento más increíble de esta índole: el envío de heces humanas por parte de Corea del Norte a su vecino del Sur.

Pues sí, Corea del Norte, al parecer, se cansó de intimidar con las bombas y los misiles de largo alcance, y decidió probar con la caca. Poniendo la misma en bolsas atadas a globos, mandaron cientos de ellos al territorio del Sur. Sonando todas alarmas de alto nivel ya que se pensó que se trataba de un ataque biológico de alto riesgo.

Ataque biológico fue, pero de riesgo seguramente no. ¿La motivación detrás del plan? No se sabe con certeza. Probablemente hacer bully de Estado, demostrando que la guerra se puede librar de muchas maneras, y la única verdadera limitante radica en nuestra imaginación.

Los eventos se leen mejor en conjunto y todos los aquí expuestos ocurrieron durante la misma semana de mayo. Uno busca en sus líderes aquel deseado ideal que quisiéramos alcanzar: un sistema de valores compartido, buenas costumbres impolutas, que nos enaltecen dentro de una sociedad, pero que sabemos que muchas fallamos en respetar. Olvidando quizá que esos líderes terminan siendo reflejos de la sociedad.

@NelsonTotesaut
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