Como colofón del párrafo anterior se puede destacar que no necesariamente cada persona necesita ser experto en las dos áreas, pero si es conveniente señalar que hay características importantes de la gerencia que es necesario cultivar en cada líder, así como también es fundamental insertar características de liderazgo en cada gerente.

Si se acepta que una buena gerencia se mide por el nivel de juicio crítico y la capacidad resolutiva de problemas en una forma adecuada, se puede concluir que en la actualidad a nivel mundial hay un déficit cualitativo y cuantitativo de buenos líderes que sean gerentes competentes. Esta situación en escala mundial se repite en diferentes niveles, hasta llegar al plano organizacional, de ahí que es fundamental el desarrollo de programas orientados a la formación de buenos líderes y buenos gerentes. Es necesario que estos planes educacionales incluyan la enseñanza de conocimientos y habilidades gerenciales, así como también la detección de potenciales líderes naturales y la facilitación para que desarrollen sus condiciones de liderazgo. Algunos planes de capacitación pueden orientarse para tener un alcance global de toda la organización, pero es indispensable que se desarrollen estrategias dirigidas a complementar el plan general con programas individuales adaptados a mejorar la competencia de cada persona, la cual en la mayoría de los casos tiene características únicas y diferentes, incluso si en algunos casos el entrenamiento individual es prolongado, entonces el líder y gerente con más experiencia debe actuar como mentor del individuo en formación.

La comunicación con sus colaboradores y en general con todos los trabajadores de la organización, es una condición fundamental que debe cultivarse, tanto en el campo de la gerencia como en el liderazgo. Compartir propósitos, así como también éxitos y fracasos, con una intencionalidad pedagógica que permita conseguir soluciones sin fabricar víctimas en un proceso continuo de ganar-ganar, en el cual todos progresen y remen hacia el mismo puerto, es una metodología de gestión participativa que contribuye a un crecimiento continuo individual y organizacional.

Un aspecto fundamental que es necesario destacar, es el proceso de selección de personal para ingresar en la organización, así como también las oportunidades de ascender en la escala jerárquica con la respectiva asignación de tareas que exijan la realización de actividades de mayor complejidad, alcance y repercusión. La selección denominada también el reclutamiento, debe estar articulada y en sintonía con el proceso de educación continua no solo del personal de nuevo ingreso, sino del equipo de trabajadores activos de la institución.

Un factor determinante para el logro del éxito de una institución o empresa, es mantener el enfoque de las actividades en sintonía con los objetivos y propósitos, para lo cual permanentemente debe hacerse la ratificación o rectificación necesaria según sea el caso dentro de un proceso de retroalimentación continuo.

Bartolomé Finizola Celli
ascardio.coordinacion@gmail.com