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Jesús y el Imperio Romano

Desde mucho antes de la aparición de Jesús la región de medio oriente ofrecía un entorno convulso de crisis sociopolíticas por el yugo de aquellos gobernantes de facto

  • ISAÍAS A. MÁRQUEZ DÍAZ

06/04/2023 05:00 am

Cuando Roma “decide extender su dominio (expansionismo) de forma imperial”, conlleva el dominio de espacios y de “obligaciones gravosas a los pueblos oprimidos”. Naturalmente, es una situación que sobrepesa a la población, propia de un pueblo sojuzgado, y unas élites en contubernio con los invasores, lo que incluía acuerdos políticos y hasta alianzas económicas votuperables, ante una comunidad depauperada.

Sin embargo, desde unos 500 años a de C, ya se gestaba un pensamiento mesiánico sobre la creencia de que vendría un salvador o redentor para redimir a ese pueblo sojuzgado.

Desde mucho antes de la aparición de Jesús la región de medio oriente ofrecía un entorno convulso de crisis sociopolíticas por el yugo de aquellos gobernantes de facto.

Jesús nace dentro de tal entorno en plena efervescencia. Creció, vivió, predicó y ejerció su apostolado tan difícil absorto y yerto dentro de ese ambiente tenso y precario. Aun así, su movimiento ya existía deliberadamente.

Teológicamente, la idea se refuerza por la visión apocalíptica de que en algún momento ese enviado vendría a los hombres e Israel sería restaurado como reino, nación o pueblo elegido “Shemá Israel”. Se restituiría la dignidad, todo lo cual generó el concepto de un Mesías político, generoso que pudiese movilizar a las fuerzas celestiales y terrenales redentoras de la dominación extranjera, opresora del pueblo de Israel durante aquella época aciaga.

Aunque Jesús jamás mostró desafecto alguno hacia Roma, pareciera haber servido de muy poco o nada, su énfasis en que su reino no era de este mundo, sino de la vida eterna. Y, era justo dar al César lo que es del César, reservando para Dios lo que es de Dios. En efecto, encarnaría una figura de líder político activista, agitador, lo que ha inducido a pensar ocasionalmente, y hasta promover el sofisma de que Jesús fue el primer comunista, ideología que no aflora sino hasta el siglo XIX de nuestra era.

No obstante, la Palestina grecorromana (ant Canaán; hoy, Judea/Tierra Santa) en tiempos de Jesús ya había un hervor de movimientos populares en rebeldía. Pues, Además de los fariseos y saduceos, representantes de los partidos políticos religiosos más radicales, estaban los zelotes, revolucionarios representantes de los opositores.

La vida, pasión y muerte de Jesús de Nazaret, Jesucristo o Cristo, se conoce universalmente y se aprecia como uno de los hechos históricos más relevantes de la humanidad. Consumó la “redención de los pecados del mundo”; hecho que las religiones abrahámicas (denominación no iniversal) enfatizan como un plan concebido por Dios. A la luz de los conocimientos actuales expertos en derecho procesal opinan que en el juicio incoado a Jesús hubo una serie de elementos violatorios al debido proceso legal (vicios); -juicio amañado- que culmina con la ejecución, por fallo del Sanedrín en una pena de muerte flagelada y tajante, como reo de causa.

isaimar@gmail.com

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