Nuestras raíces
La familia es la fuente primordial de aprendizaje para todo niño, es por eso que desde que nacen, somos los padres quienes tenemos la gran responsabilidad de enseñarles valores, para que así vayan desarrollándose de forma saludable
Plantar raíces sólidas para enfrentar los desafíos que tenemos por delante. Levantarse temprano para ver el amanecer, dormir bajo las estrellas y descubrir otros escenarios paso a paso. Adentrarse en la naturaleza es también reconectar con nuestra historia. ¿Por qué es importante conocer la historia familiar? Es importante conocer la historia familiar para comenzar a conocerse a uno mismo, conocer nuestro pasado es entender nuestro presente.
La historia familiar puede ser la medicina contra las malas decisiones y experiencias que vive cada persona en su vida, lo cual nos da una mayor comprensión de quiénes somos y nos motiva a profundizar nuestras raíces para las generaciones futuras. Saber nuestros antecedentes culturales y de dónde venimos nos ayudará a desarrollar un fuerte sentido de quiénes somos en realidad. Detrás de una sencilla actividad en exteriores habita un enorme potencial de convertir las risas y los desafíos en nuevas memorias, semillas que impulsarán una identidad fuerte e imparable. Saber, registrar, conservar y compartir nuestras historias familiares pueden proporcionar un sin número de beneficios para las personas, familias y sociedades enteras. La historia familiar es más que cuadros genealógicos, censos y fechas de nacimiento, puede ser un poderoso antídoto contra experiencias adversas de la vida que afrontamos hoy en día, lo cual nos da una mayor comprensión de quiénes somos y nos motiva a profundizar nuestras raíces para las generaciones futuras. Saber nuestros antecedentes culturales y de dónde venimos nos ayudará a desarrollar un fuerte sentido de quiénes somos en realidad.
La forma en que nos relacionamos con las historias familiares y creamos relatos acerca de nosotros mismos nos ayuda a establecer nuestra identidad esencial única y auténtica. Los seres humanos desean afecto, pertenencia y conexión. Las relaciones que establecemos con otras personas pueden ser muy perdurables, no sólo con personas de nuestro presente, sino también con la gente de nuestro pasado y futuro. Cuanto más descubrimos acerca de nuestro pasado, mayor es la conexión que tenemos con nuestros antepasados. Al registrar nuestra propia historia, generamos la oportunidad para que las generaciones futuras se conecten con nosotros cuando ya no estemos aquí. Conectarnos con los miembros de nuestra familia del pasado y presente al aprender su historia ocupa una necesidad innata en cada uno de nosotros.
El aprender la historia de nuestros antepasados nos ayuda a obtener un mayor entendimiento de los desafíos que enfrentaban, y con frecuencia inspira un mayor amor y compasión debido a sus debilidades y errores. Esta compasión puede traducirse fácilmente en nuestra relación con las personas vivas, dentro de nuestra familia y con otras personas. Todos afrontamos dificultades. Recordar ese hecho en el contexto de los defectos de los demás nos permite ser mejores seres humanos.
Conocer nuestra historia familiar fortalece la resiliencia. Al conocer más acerca de la vida de nuestros antepasados, podemos ver patrones para superar los fracasos y sobrevivir en épocas difíciles. Sus historias nos recuerdan que ciertamente no todo en la vida resultará fácil, que la desilusión ocurre y las desigualdades existen, pero que podemos recuperar, triunfar y hallar la felicidad a pesar de las dificultades.Nuestra historia familiar va más allá de los nombres y fechas que encontramos en nuestro árbol. Se trata de lo que nos hace quiénes somos. Se trata de personas con quienes podemos formar conexiones memorables. Se trata de personas que vivieron, respiraron, sufrieron y triunfaron. Se trata de raíces, ramas, hojas y bosques enteros. Se trata de todos nosotros.
En fin, la familia es la fuente primordial de aprendizaje para todo niño, es por eso que desde que nacen, somos los padres quienes tenemos la gran responsabilidad de enseñarles valores, para que así vayan desarrollándose de forma saludable y en el futuro, sean hombres y mujeres de bien.
@el54r
La historia familiar puede ser la medicina contra las malas decisiones y experiencias que vive cada persona en su vida, lo cual nos da una mayor comprensión de quiénes somos y nos motiva a profundizar nuestras raíces para las generaciones futuras. Saber nuestros antecedentes culturales y de dónde venimos nos ayudará a desarrollar un fuerte sentido de quiénes somos en realidad. Detrás de una sencilla actividad en exteriores habita un enorme potencial de convertir las risas y los desafíos en nuevas memorias, semillas que impulsarán una identidad fuerte e imparable. Saber, registrar, conservar y compartir nuestras historias familiares pueden proporcionar un sin número de beneficios para las personas, familias y sociedades enteras. La historia familiar es más que cuadros genealógicos, censos y fechas de nacimiento, puede ser un poderoso antídoto contra experiencias adversas de la vida que afrontamos hoy en día, lo cual nos da una mayor comprensión de quiénes somos y nos motiva a profundizar nuestras raíces para las generaciones futuras. Saber nuestros antecedentes culturales y de dónde venimos nos ayudará a desarrollar un fuerte sentido de quiénes somos en realidad.
La forma en que nos relacionamos con las historias familiares y creamos relatos acerca de nosotros mismos nos ayuda a establecer nuestra identidad esencial única y auténtica. Los seres humanos desean afecto, pertenencia y conexión. Las relaciones que establecemos con otras personas pueden ser muy perdurables, no sólo con personas de nuestro presente, sino también con la gente de nuestro pasado y futuro. Cuanto más descubrimos acerca de nuestro pasado, mayor es la conexión que tenemos con nuestros antepasados. Al registrar nuestra propia historia, generamos la oportunidad para que las generaciones futuras se conecten con nosotros cuando ya no estemos aquí. Conectarnos con los miembros de nuestra familia del pasado y presente al aprender su historia ocupa una necesidad innata en cada uno de nosotros.
El aprender la historia de nuestros antepasados nos ayuda a obtener un mayor entendimiento de los desafíos que enfrentaban, y con frecuencia inspira un mayor amor y compasión debido a sus debilidades y errores. Esta compasión puede traducirse fácilmente en nuestra relación con las personas vivas, dentro de nuestra familia y con otras personas. Todos afrontamos dificultades. Recordar ese hecho en el contexto de los defectos de los demás nos permite ser mejores seres humanos.
Conocer nuestra historia familiar fortalece la resiliencia. Al conocer más acerca de la vida de nuestros antepasados, podemos ver patrones para superar los fracasos y sobrevivir en épocas difíciles. Sus historias nos recuerdan que ciertamente no todo en la vida resultará fácil, que la desilusión ocurre y las desigualdades existen, pero que podemos recuperar, triunfar y hallar la felicidad a pesar de las dificultades.Nuestra historia familiar va más allá de los nombres y fechas que encontramos en nuestro árbol. Se trata de lo que nos hace quiénes somos. Se trata de personas con quienes podemos formar conexiones memorables. Se trata de personas que vivieron, respiraron, sufrieron y triunfaron. Se trata de raíces, ramas, hojas y bosques enteros. Se trata de todos nosotros.
En fin, la familia es la fuente primordial de aprendizaje para todo niño, es por eso que desde que nacen, somos los padres quienes tenemos la gran responsabilidad de enseñarles valores, para que así vayan desarrollándose de forma saludable y en el futuro, sean hombres y mujeres de bien.
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