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Política Internacional: Realismo vs. Idealismo

Hechos como la injusticia y las desigualdades que lamentablemente han prevalecido en el orden internacional, son un fracaso evidente de estos ideales

  • DYLAN J. PEREIRA

04/06/2022 05:00 am

La diplomacia y las relaciones internacionales son connaturales a la civilización humana; sin embargo, como disciplina su historia es mucho más reciente. En un plano académico sólo es hacia 1919 cuando se crea la cátedra Woodrow Wilson de Relaciones Internacionales en la Universidad de Gales (Aberyswyth), donde se institucionaliza un colectivo académico con identidad propia, buscando la paz, y estando presentes además elementos catalizadores como la caída del sistema de la balanza del poder y el advenimiento de la Primera Guerra Mundial.

Dentro de esta disciplina, el realismo político ha sido uno de los enfoques con mayor arraigo. Esta visión coloca al poder como lucha en el epicentro teórico, a partir de una concepción monopolista del Estado, soberano y autodeterminado como actor casi exclusivo, entendiendo al Estado como actor racional y maximizador, que promueve además una agenda eminentemente político-militar, que obedece al criterio que el orden lo define el poder, que de forma progresiva dará paso a la conformación de un orden internacional liberal; Entre sus principales representantes teóricos, están Hans Morgenthau o George F. Kennan (1904-2005), con el largo telegrama desde la URSS, base de la doctrina de contención del Presidente Truman que hoy con la Guerra en Ucrania se relee con atención; Henry Kissinger (1923-) Secretario de Estado de los EEUU (1973-77), es quizás uno de los máximos exponentes del realismo político en la TRI.

En el mundo contemporáneo, particularmente desde la Paz de Westfalia de 1648, se ha privilegiado la diplomacia, en cuanto mecanismo de comunicación, consulta y acuerdo entre diferentes actores políticos, en un principio Estados, y hoy dentro de un abanico más diversificado, incluso con la participación de actores privados y organismos multilaterales, a partir de la fundación de la Sociedad de las Naciones en 1919, que se reconocen recíprocamente como homólogos de hecho y de derecho, de la misma naturaleza política.

Otro gran rasgo maquiavélico, propio de la Realpolitik hoy considerado como medular en la comprensión de la realidad política, y particularmente en la Teoría de las Relaciones Internacionales, a saber, la flexibilidad de las acciones, la transformación y dinamismo de la política, y la necesidad de la adaptabilidad de las teorías y la praxis.

La teoría realista de la política internacional según H. Morgenthau, se basa en la idea que, al no haber una autoridad supranacional, los Estados viven en un sistema anárquico de naturaleza hobbeseana. Bajo esta perspectiva, los Estados no pueden confiar en ninguno otro y tienen un comportamiento agresivo. La condición que se genera es la de auto ayuda, donde los Estados solo buscan su beneficio en la lógica de suma cero, es decir que la ganancia para uno significa pérdida para otro debido a que pone en riesgo su supervivencia. La cooperación verdadera en tales condiciones pareciera imposible, de modo que, para evitar su extinción, los Estados únicamente forman una serie de alianzas y de coaliciones variables en la búsqueda de un equilibrio de poder a nivel interestatal.

Sin embargo, son tangibles las limitaciones de este enfoque; al tener el realismo, como tradición filosófica, una visión relativamente pesimista de la naturaleza humana, nos encontramos con el conflicto como vector, y una lucha permanente por el poder, frente a posiciones más consensuales y vanguardistas que promueven la cooperación, el diálogo y la negociación, consignas de un idealismo renovado.

El rechazo del realismo a supuestos idealistas como la armonía de intereses o el internacionalismo, que son el punto de arranque de teorías más elaboradas como la paz democrática, la paz comercial o el institucionalismo liberal, puede caer en un maximalismo maquiavélico en aspectos como una filosofía de la historia que entiende a esta como una secuencia de causas y efectos cuya lógica puede ser comprendida racionalmente de forma radical, o reprochar que la ética no es suficiente para condicionar la política que se pueden apreciar claramente en los postulados de Carr. La tendencia a defender los intereses propios nubla la búsqueda mancomunada del bien común y la fraternidad universal, al sobreponer al interés nacional como un constructo, resultado de un proceso político.

Reconocemos la anarquía internacional, que denuncia este enfoque ante la evidencia empírica, de la ausencia de un gobierno mundial constituye la piedra angular de las teorías realistas; Al no existir una autoridad ejecutiva que garantice el cumplimiento del derecho internacional, lo más cercano sería el Consejo de Seguridad de la ONU paralizado por el poder de veto, los Estados tienen que valerse de sí mismos a la hora de defender sus intereses, incluida por supuesto la supervivencia. Pero, la caldeada realidad internacional, lejos de enfrascarnos en posiciones aislacionistas, debe ser un llamado a que la política exterior sea orientada a fines éticamente superiores y a la construcción de un mundo más justo y moral, entendiendo a la cooperación como un fenómeno necesario para el logro de una paz duradera, partiendo de la premisa que la cooperación en instituciones internacionales atrae más cooperación y menos conflicto

Aplaudimos que el idealismo promueva el orden liberal internacional y en particular la institucionalidad multilateral. Hechos como la injusticia y las desigualdades que lamentablemente han prevalecido en el orden internacional, son un fracaso evidente de estos ideales; pero lejos de nacionalismo y proteccionismos, a medida que el mundo se enfrenta a grandes desafíos, y vive bajo la sombra de amenazas como las armas nucleares, el cambio climático, o la ciberseguridad, debemos rescatar el espíritu del multilateralismo y reconstruir la naturaleza de la cooperación internacional para que sea eficaz. Los problemas globales requieren respuestas globales construidas entre todos.

Dylanjpereira01@gmail.com

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