Hasta principios de semana, los Leones del Caracas eran los líderes ofensivos de la temporada 2024-2025 de la LVBP con un sólido average global de .294, producto de 321 inatrapables en 1.092 turnos. También lideraban los melenudos los segmentos cuadrangulares con 43 y bases por bolas con 150. Aparte, eran segundos en dobles (69), carreras empujadas (187) y carreras anotadas (197).
Pero viendo fríamente la tabla de posiciones, esa ofensiva lucía insuficiente, ya que su cuerpo de lanzadores era el peor del circuito, y como dicen por allí, sin pitcheo no hay paraíso.
Y es cierto que el Caracas pudo anotar un promedio de 6.35 carreras por choque en sus primeros 31 juegos del calendario, pero sus lanzadores permitieron 199 rayitas en ese período, a razón de 6.41 por partido. Así, ni haciendo magia.
Para que esto funcione tiene que haber un balance entre bateo, pitcheo y defensiva, de lo contrario será muy difícil.
Como muestra de lo anterior tenemos que en la pasada temporada de la MLB, los Astros de Houston fueron el equipo más ofensivo de la Liga Americana con .262 de promedio, gracias a 1.444 indiscutibles en 5.630 veces al bate, con 264 dobles, 16 triples y 190 jonrones. Anotaron los texanos 740 carreras, a razón de 4.5 por juego, pero sus lanzadores colaboraron al ceder 649 rayitas, para una efectividad de 3.74.
¿El resultado? los Astros fueron campeones del Oeste de la Liga Americana con balance de 88-73, lo que les dio derecho a disputar la postemporada.
Lo mismo ocurrió con los Padres de San Diego, cuyos bateadores conectaron globalmente para .263 (tope de la Nacional), gracias a 1.456 imparables, entre ellos 190 cuadrangulares. En este caso, los lanzadores de San Diego tuvieron una efectividad de 3.86, lo que se tradujo en una temporada exitosa.
Por cierto que la crisis del pitcheo caraquista se patentizó el pasado martes 19 en el estadio Monumental, donde Magallanes anotó 18 carreras, para no solo triturar a sus “Eternos Rivales”, sino para vengar la afrenta de hace 53 años, cuando los Leones se apuntaron una victoria de 22-9, con la cifra récord de 26 inatrapables.
Entonces, el 18 de noviembre de 1971, el catcher caraquista Larry Howard bateó de 6-5, empujó seis y anotó cuatro carreras, mientras que desde el box felino se lució el inmortal Luis Pañelver, quien se llevó la victoria.
La derrota se la acreditó el derecho cubano Jorge Lauzerique, quien apenas estuvo en la lomita por especio de un inning y un tercio, en el que le anotaron seis carreras con siete imparables.
El Caracas anotó ese jueves 18 de noviembre un total de 19 carreras en los primeros seis capítulos. Sin embargo, en esa zafra 1971-1972 el Caracas no consiguió ese balance entre la ofensiva, el pitcheo y la defensa y no pudo clasificar a la final, que entonces disputaron Aragua y La Guaira.
Esperemos que en lo que resta de torneo, los Leones se estabilicen. ¡Caraquistas Forever!
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